Otoño... Vaya, qué sorpresa... Veo que este año de nuevo regresas... Bueno, a decir verdad ya me lo esperaba, ayer el tiempo me lo susurraba: no me regalaba una sola sonrisa, se mostraba demasiado frío y sentí un escalofrío al notar que había cambiado su suave brisa por un viento sombrío... El mar estaba calmado, con sus olas en reposo, pero ahora está preocupado, pues se ha quedado helado, y el oleaje, furioso, quiere huir hacia otro lado... A un lugar más relajado, hacia un clima soleado, donde no haya un solo día apagado, y yo sé que es complicado que se pongan en tu piel, pero este es el papel que te ha tocado... Y es que, nada ha cambiado... las nubes alzan el vuelo, para dejar el cielo acordonado y observan el anhelo de los árboles hacia sus hojas, que tiñen el suelo de dorado. Bajan los grados, sube el frío, suben los críos a sus casas y los prados se quedan vacíos, las calles lloran, se sienten solas, y las farolas notan cómo brotan gotas de rocío... Dejando tras su paso un sabor amargo, dejando atrás el peso de un verano largo, pues hoy todo el país se ha vestido de gris, para recibir este letargo en el que yo sigo sin darme por vencido, luchando por los sueños que persigo, te lo digo, porque a pesar de tu castigo, Otoño, yo me identifico contigo. Yo sé que es complicado que se pongan en tu piel, pero éste es el papel que te ha tocado, te lo digo, porque a pesar de tu castigo, yo me identifico contigo. El mundo se ha olvidado de un espíritu pobre y desdichado que vaga por senderos desolados... Pero camina erguido en pos de tu destino sabiendo que aquí tienes un amigo. Invierno, paz y prosperidad, todo parece un cuento de navidad: las fiestas, la familia, los regalos... En fin, un sinfín de felicidad... El clamor de la libertad llega con la primavera: el amor se acelera y las parejas se desean, se enamoran y la flora lo festeja expandiendo su belleza por donde pasean, de la mano por la orilla de la playa, o donde vayan, siempre brilla el sol de verano en época de vacaciones: égloga con mil anécdotas de las otras estaciones... ¿Y tú, dónde has estado..? ¿Y tú? ¿qué te ha pasado..? Dime dónde has dejado tu legado. El mundo se ha olvidado de un espíritu pobre y desdichado que vaga por senderos desolados... Y qué piensas hacer..?, dime. Dime qué más quieres saber... ¿La gente, dices?, qué quieres que te cuente: frecuentemente te maldice... Oh, Dios... Y quién quiere volverte a ver, dime, ¿quién quiere volverte a ver..? Si prefieren estar bajo el calor de su hogar... A ti, ¿quién te ama cada amanecer? Pasan las horas, pasan los días, en busca del bienestar, pero se esconde llorando a solas, o en compañía de la línea que separa el horizonte que tantas veces intentas alcanzar, mientras desesperan tus deseos reprimidos... Pero, Otoño, camina erguido en pos de tu destino sabiendo que aquí tienes un amigo. Yo sé que es complicado que se pongan en tu piel, pero éste es el papel que te ha tocado, te lo digo, porque a pesar de tu castigo, yo me identifico contigo. El mundo se ha olvidado de un espíritu pobre y desdichado que vaga por senderos desolados... Pero camina erguido en pos de tu destino sabiendo que aquí tienes un amigo.