Ella sueña con el Duque, y ella sueña con el dique en el que encalle su cayuco, pero no es un buque,
y nunca llegará a puerto. Lo cierto es que si llega, una parte ya habrá muerto...

Él canta boleros en conciertos, y él se decanta por hacer de bolero en cada aeropuerto,
jugándose la vida, jurándose que a su familia no le faltará comida mientras viva.

Ella se pone a dieta, y ella se pone una meta para alcanzar, alzar el puño, abrazar un sueño,
avanzar año tras año sin más soporte que su empeño.

Él pierde un dineral apostando en las carreras de caballos, y él pierde su dignidad
arrastrándose en la acera: apostó por las drogas y el caballo le ha ganado la carrera.

Ella maquilla sus ojos de morado ahumado, y ella maquilla su ojo morado,
pero esas lágrimas no son del hinchazón, son de no poder maquillar su corazón, y es una lástima...

Ellos se dan un pico en el parque: acaban de contraer matrimonio de por vida,
y ellos se meten un pico en el parque: acaban de contraer el SIDA.


Hay problemas y hay problemas...
Hay desdichas y hay desdichas...
Hay salidas y hay salidas...
Hay penas, alegrías, y diferencias
entre ella y ella... Entre él y él... Entre ellos,
hay vidas y hay vidas...


Él lucha con los demás para mostrar su valía, y él lucha con su minusvalía cada día,
despojándose de la melancolía que siente, que aunque no lo aparente, es mucha.

Ella ha cortado con su novio en plena cena, y ella ha cortado sus venas.
No ha podido con la presión, no ha pedido esa prisión, nadie lo ha impedido y le ha invadido la pena.

Él sujeta la cometa que su padre le ha comprado con cariño,
y él sujeta un fusil de asalto, obligado a matar a su padre aun siendo un niño.

Ella vive sobre un piso de protección oficial, y ella sobrevive en un barrio marginal
chupando pollas, alternando entre propina y SIDA a la suerte del que se la folla.

Él sale con esa chica que parece un ángel. Él sale de la cárcel
para empezar de cero, olvidarse del cártel y del frío y gris recuerdo de los barrotes de acero.

Ellos esperan la pérdida de la virginidad: quieren hacer de ello algo mágico.
Ellos superan la pérdida de un hijo, bueno, lo intentan, pues no hay nada más trágico...


Hay problemas y hay problemas...
Hay desdichas y hay desdichas...
Hay salidas y hay salidas...
Hay penas, alegrías, y diferencias
entre ella y ella... Entre él y él... Entre ellos,
hay vidas y hay vidas...