Se va la vida y se embala, el tiempo es la bala más rápida
que avala la lápida de autómatas suicidas,
y entre idas y venidas, sin cálidas bienvenidas,
lidias con odios y envidias, y las heridas ¿quién las alivia? ¿Eh?

Mejor echarse en el puf, y escuchar smooth-jazz (uff...)
pero hay que luchar...
Aprovechar buenas, desechar penas, echar un par...
Y con los problemas hacer parkour.

Llegar a donde nadie más ha llegado,
para alegar ese legado a tus allegados,
pero al volar sin un ángel alado al lado,
caer en picado no es complicado...

Todo es fácil de decir, difícil de hacer...
Y más con gafe y déficit de fe...
Más cuando la presión es infernal, hay que hacer más
para frenar factores externos que nos enferman...


Y volver a empezar, creyendo en uno mismo no es necesario rezar,
solo enderezar la fibra cuando está partida.
Esta partida no hay que dejarla al azar,
ya juega sus cartas a lo largo de la vida...
Y volver a empezar, creyendo en uno mismo para realizar
lo que el cuerpo y la mente pidan,
que nadie más decida, si sale mal descuida:
no hay oportunidad perdida... (ejem) Y digo yo...


En la cabeza mejor pájaros que serrín,
de sueños uno no vive..., al menos no se rinde.
Suena "RING", el finde llegó a su fin
y ni aún el que sus fuerzas aúne es inmune al lunes.

En fin, yo querría dar alto rendimiento:
por mí tendría batería al ciento por ciento...
Pero el estrés me deja noqueado, grito -¡Oh qué hago!-,
estoy bloqueado y sin código pin (¡Ouh!)

Cada oportunidad es un tren que puedes perder...
¡Bah! Los trenes van y vienen, y en la vida
hay fracasos y...fracasos, de los que más nos vale aprender...
¡Ah! y quizá algún que otro triunfo también...

No sé, al final el ideal es sentirse bien,
y hoy es un buen día para volver a empezar,
"because I am happy" como Pharrell,
y al igual que Aloe Blacc, "I'm the man, I'm the man, I'm the man!"


Y es que,
creyendo en uno mismo no es necesario rezar,
solo enderezar la fibra cuando está partida.
Esta partida no hay que dejarla al azar,
ya juega sus cartas a lo largo de la vida...
Y volver a empezar, creyendo en uno mismo para realizar
lo que el cuerpo y la mente pidan,
que nadie más decida, si sale mal descuida:
pues no hay oportunidad perdida si se puede volver a empezar.